La rutina de saber que la Historia es de “clavar codos” persigue a todo profesor de la asignatura. Desde el centro siempre hemos apostado por lo contrario: la práctica y la experimentación como fundamento para la interacción del alumno con la materia, como “chispa” inicial, como elemento motivante.
Hasta el momento hemos experimentado con tres actividades, correspondiendo cada una de ellas a una época de la Historia. Así, para explicar los primeros elementos de la Prehistoria, hicimos con yeso y plastilina, réplicas de fósiles. A continuación, probablemente, lo más difícil: intentar hacer fuego.
La siguiente actividad era la que coincidía con Mesopotamia, cuna de la primera civilización que utilizó la escritura con el dibujo de cuñas. Así provistos de arcilla, un lapicero, con el que con la parte trasera haríamos la escritura, y un alfabeto, conseguimos remontarnos a cinco siglos atrás.
Actualmente estamos terminando de hacer papiros egipcios
En un futuro a corto plazo, seguiremos “empatizando” con nuestra querida Historia para que deje de ser de “clavar codos” para que se convierta en una Ciencia más.